
Este pez de belleza extraordinaria, tanto por su colorido como por la forma y dimensiones de sus aletas, y de ahí deriva su nombre científico: Betta splendens.
Originarios de Malasia y Tailandia, habitan en pantanos, charcas y las aguas estancadas en las llanuras de estos remotos países, alimentadas por las lluvias monzónicas, en donde tradicionalmente se siembra arroz. De ahí que se les designe también como peces de los arrozales.Los peces beta, tanto machos como hembras, suelen tener un comportamiento social pacífico con otras especies de peces, por lo que pueden ser buenos habitantes de acuarios comunitarios.
Las hembras, aunque pueden llegar a ser agresivas con otras hembras de la especie, frecuentemente se toleran bastante bien, aunque tanto a estas como a los machos, les gusta morder las colas de los peces de colores vivos, de otras especies.
Dentro de los peces, la reproducción de los beta es algo espectacular, por no decir insólito. El macho se coloca en un acuario abundantemente plantado y en ese mismo, de coloca una hembra, separada mediante un vidrio, para evitar que la pareja tenga contacto físico pero no visual.En poco tiempo, el macho es atraído por la hembra y ello lo manifiesta porque comienza a construir un nido de burbujas en la superficie del agua. Es importante evitar toda turbulencia en el agua, ya que el nido puede ser algo frágil; de preferencia, el acuario deberá estar cubierto con un vidrio o acrílico para evitar las corrientes de aire, ya que el aire frío puede llegar a matar a los embriones de los huevos o a los alevines.
El macho construye el nido de burbujas tomando aire de la superficie y arrojándolo por la boca. Cada burbuja hecha por este método, está recubierta por una fina capa de mucosidad que le da por un lado resistencia y por otro cierta adhesividad, para poder mantener los huevecillos en el nido.
Una vez que el macho ha terminado de construir el nido, se retira el cristal que lo separa de la hembra, el macho la acosará y forzará a situarse por debajo del nido, y en ese momento el macho la abrazará con su cuerpo presionándola para iniciar el desove, mismo que puede tener algunas horas de duración.
Una vez que el desove ha terminado, la hembra deberá retirarse para evitar que el macho la mate. Mientras tanto, el macho, tomará a cada uno de los huevos con su boca y los colocará en el nido de burbujas que ha construido previamente.
Como mencionamos en un principio, las aguas en donde habitan estos peces suelen carecer de oxígeno suficiente, situación que se resuelve mediante la toma de oxígeno atmosférico; pero en el caso de los alevines, el laberinto no se ha formado, y por lo tanto no tienen la capacidad de los adultos de la respiración aérea. Es por esta razón, que la sabia naturaleza a previsto que lo huevos y los primeros estadios del desarrollo de estos peces se verifiquen en la proximidad de la superficie, ya que es en esta zona en donde mejores probabilidades se tienen de encontrar la cantidad de oxígeno disuelto, necesaria para la supervivencia de los recién nacidos.
El periodo de incubación de los huevos es de 2 a 4 días dependiendo de la temperatura. Durante el periodo de incubación, si algún huevo se desprendiera del nido, el macho diligentemente volverá a colocarlo otra vez en él, tantas veces como sea necesario.
Los alevines al nacer, permanecen cierto tiempo dentro del huevo para completar su desarrollo y posteriormente romper la cubierta para nadar libremente. En esta etapa, se debe retirar al macho para evitar que este se coma a los pequeños.
Una vez que han nacido los nuevos individuos, puede conectarse una pequeña bomba de aire de manera que las burbujas, al romper en la superficie, eviten la formación de una película, similar a una nata, que evita el intercambio de gases con el agua.
Los alevines pueden ser alimentados con un cultivo de rotíferos o náuplios de artemia o proporcionarles pequeñas cantidades de alimento balanceado especial para esta etapa del desarrollo, como MicrobitesI.
El macho construye el nido de burbujas tomando aire de la superficie y arrojándolo por la boca. Cada burbuja hecha por este método, está recubierta por una fina capa de mucosidad que le da por un lado resistencia y por otro cierta adhesividad, para poder mantener los huevecillos en el nido.
Una vez que el macho ha terminado de construir el nido, se retira el cristal que lo separa de la hembra, el macho la acosará y forzará a situarse por debajo del nido, y en ese momento el macho la abrazará con su cuerpo presionándola para iniciar el desove, mismo que puede tener algunas horas de duración.
Una vez que el desove ha terminado, la hembra deberá retirarse para evitar que el macho la mate. Mientras tanto, el macho, tomará a cada uno de los huevos con su boca y los colocará en el nido de burbujas que ha construido previamente.
Como mencionamos en un principio, las aguas en donde habitan estos peces suelen carecer de oxígeno suficiente, situación que se resuelve mediante la toma de oxígeno atmosférico; pero en el caso de los alevines, el laberinto no se ha formado, y por lo tanto no tienen la capacidad de los adultos de la respiración aérea. Es por esta razón, que la sabia naturaleza a previsto que lo huevos y los primeros estadios del desarrollo de estos peces se verifiquen en la proximidad de la superficie, ya que es en esta zona en donde mejores probabilidades se tienen de encontrar la cantidad de oxígeno disuelto, necesaria para la supervivencia de los recién nacidos.
El periodo de incubación de los huevos es de 2 a 4 días dependiendo de la temperatura. Durante el periodo de incubación, si algún huevo se desprendiera del nido, el macho diligentemente volverá a colocarlo otra vez en él, tantas veces como sea necesario.
Los alevines al nacer, permanecen cierto tiempo dentro del huevo para completar su desarrollo y posteriormente romper la cubierta para nadar libremente. En esta etapa, se debe retirar al macho para evitar que este se coma a los pequeños.
Una vez que han nacido los nuevos individuos, puede conectarse una pequeña bomba de aire de manera que las burbujas, al romper en la superficie, eviten la formación de una película, similar a una nata, que evita el intercambio de gases con el agua.
Los alevines pueden ser alimentados con un cultivo de rotíferos o náuplios de artemia o proporcionarles pequeñas cantidades de alimento balanceado especial para esta etapa del desarrollo, como MicrobitesI.